domingo, 22 de marzo de 2020

9º DIA DE RETIRO: EL SILENCIO DEL MUNDO



Deja que el silencio se exprese a través del silencio para que sea la naturaleza de la vida la que hable.
Deja que el silencio se manifieste a través del silencio y hable el río en su discurrir continuo, y el fuego nos acompañe con sus sinuosas llamas, bajo el crepitar de los leños.
Deja que sean los pájaros los que inunden, con sus cantos, la mañana, para que se haga el silencio en la mente.

Vivo en un pequeño dojo zen: Ryoku Shin, Fuerza del Espíritu, adscrito a la CBZ Luz del Dharma. Cada mañana medito en él para entrar en el silencio interno de mi propio ser y poder comprender ¿Quién soy yo? Y conectar así con el milagro de la vida, con el silencio del mundo interno y externo, pues viene siendo el mismo. Cada uno encontramos nuestra manera de ser y estar en esta vida por la que transitamos, y esta ha sido y es mi manera de ser feliz desde hace tiempo.
En estos momentos en el que las calles están vacías, el mismo dojo en el que habito está vacío, y todos permanecemos recluidos en nuestras propias residencias, es un buen momento para reflexionar y tomar conciencia del ruido que hay en el interior de nuestras mentes. Ese ruido que nos desconecta de nuestra verdadera naturaleza de budas y en la que estamos interconectados, como diminutas células de este planeta llamado tierra, que nos nutre y alimenta y al que nosotros tanto hemos maltratado.
Ahora que el silencio del mundo es una realidad y el frenético ritmo de nuestras vidas ha quedado paralizado, Ahora que las evasiones externas han quedado considerablemente mermadas, porque es la misma tierra la que nos confina y nos recluye mediante un virus desconocido llamado coronavirus. Ahora es cuando la vida nos ofrece una valiosa oportunidad de reconocernos y encontrarnos, ya que somos unos auténticos desconocidos de nosotros mismos. Ahora es un buen momento para mirarnos al espejo y preguntarnos: ¿Quién soy yo? Ahora es una excelente ocasión para iluminar nuestra sombra y hacer consciente lo inconsciente. Pues solamente a través de la conciencia podemos liberarnos de los grilletes y de las cadenas que limitan nuestra vida. Solamente a través del silencio podemos aceptarnos y reconocernos en nosotros mismos y en los demás.

Empar Roch

sábado, 21 de marzo de 2020

8º DÍA DE RETIRO POR EL CORONAVIRUS: AMAR LA VIDA DESDE EL INSTANTE MISMO EN EL QUE ABRIMOS LOS OJOS



Además de respetar las normas básicas que nos están aconsejando continuamente los medios de comunicación, no hay mejor anticuerpo para el coronavirus que manejar nosotros el timón de nuestra propia mente. Siempre y cuando la entrenemos para amarnos a nosotros mismos y a los demás. El amor y la compasión de la que habla el budismo, nos hace libres, nos cura de los pensamientos tóxicos del miedo y de la incertidumbre, frente a cualquier situación que tengamos que atravesar en la vida.
Y qué mejor momento para los que estamos confinados en nuestro propio domicilio, liberados de cualquier responsabilidad laboral, que entrenar la mente para amar. Amar la vida desde el instante mismo en que abrimos los ojos por la mañana y nos despertamos a un nuevo día. Dueños de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Dueños para llenar cada célula de nuestro organismo vivo de agradecimiento por poder respirar, por estar vivos. De agradecimiento por los seres que nos rodean y que ahora con su ausencia es cuando valoramos más su presencia. Ahora que estamos aislados podemos apreciar el amor que nos aportan día a día, nuestras familias, nuestros amigos, todos los seres que forman parte de nuestro vivir cotidiano.
Para ello os propongo el hábito de observar los pensamientos en el instante mismos en el que surgen y dejar que se diluyan, en el supuesto caso que nos generen malestar, miedo o angustia, antes de que acampen a sus anchas en nuestra mente y nos invadan como si se tratara del mismo virus. No se trata de reprimir nada, sino de tomar conciencia de que los pensamientos son como una nube, igual que surgen se diluyen en nuestra mente y somos nosotros los que les damos fuerza y poder.

(Foto con la estatua de Taisen Deshimaru en el jardín japonés de Toulouse, años atrás)