Deja que el silencio se
exprese a través del silencio para que sea la naturaleza de la vida la que
hable.
Deja que el silencio se manifieste
a través del silencio y hable el río en su discurrir continuo, y el fuego nos acompañe
con sus sinuosas llamas, bajo el crepitar de los leños.
Deja que sean los pájaros los
que inunden, con sus cantos, la mañana, para que se haga el silencio en la
mente.
Vivo en un pequeño dojo zen:
Ryoku Shin, Fuerza del Espíritu, adscrito a la CBZ Luz del Dharma. Cada mañana
medito en él para entrar en el silencio interno de mi propio ser y poder comprender ¿Quién soy yo? Y conectar así con el milagro de la vida, con el
silencio del mundo interno y externo, pues viene siendo el mismo. Cada uno
encontramos nuestra manera de ser y estar en esta vida por la que transitamos,
y esta ha sido y es mi manera de ser feliz desde hace tiempo.
En estos momentos en el que
las calles están vacías, el mismo dojo en el que habito está vacío, y todos
permanecemos recluidos en nuestras propias residencias, es un buen momento para
reflexionar y tomar conciencia del ruido que hay en el interior de nuestras
mentes. Ese ruido que nos desconecta de nuestra verdadera naturaleza de budas y
en la que estamos interconectados, como diminutas células de este planeta llamado
tierra, que nos nutre y alimenta y al que nosotros tanto hemos maltratado.
Ahora que el silencio
del mundo es una realidad y el frenético ritmo de nuestras vidas ha quedado
paralizado, Ahora que las evasiones externas han quedado considerablemente
mermadas, porque es la misma tierra la que nos confina y nos recluye mediante
un virus desconocido llamado coronavirus. Ahora es cuando la vida nos ofrece
una valiosa oportunidad de reconocernos y encontrarnos, ya que somos unos auténticos
desconocidos de nosotros mismos. Ahora es un buen momento para mirarnos al
espejo y preguntarnos: ¿Quién soy yo? Ahora es una excelente ocasión para iluminar
nuestra sombra y hacer consciente lo inconsciente. Pues solamente a través de
la conciencia podemos liberarnos de los grilletes y de las cadenas que limitan
nuestra vida. Solamente a través del silencio podemos aceptarnos y reconocernos
en nosotros mismos y en los demás.Empar Roch
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